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Mujer y madre

Las mujeres deben ser madre sin dejar de ser mujer.



Ser madre implica una gran transformación en la vida de toda mujer que, si no es consciente, puede llevarla a olvidarse de sí misma.

Esta es una combinación difícil para una esposa, sobre todo cuando tiene el primer hijo. Muchas veces se preguntan ¿Qué aspecto de su vida debe ser el primero? O se sienten en “deuda” con sus parejas.


Antes de ser madre, la persona ya es una mujer. Más allá de la definición biológica, ser mujer implica ser la persona que siempre has sido, implica saber desenvolverse en cualquier ámbito de la vida ya se sea a nivel físico, emocional, espiritual, familiar o sexual para alcanzar la plenitud. En otras palabras, ser mujer es ser la protagonista de su propia vida.

Para muchos, ser madre es una gran bendición, participar en el proceso de creación de una nueva persona es simplemente milagroso. No obstante, también es una labor que exige de una gran dedicación a su hijo/a, depende casi totalmente de su madre para sobrevivir.

En su afán por cuidar de la mejor manera a su progenitor, puede que olvide sus propias necesidades.

En ocasiones, la sociedad suele ejercer una excesiva presión con respecto a lo que debemos ser. La perspectiva de género que la sociedad ha creado e impuesto a las mujeres a lo largo de los siglos se simplifica en la siguiente frase: “Primero, los hijos; segundo, la pareja; y tercero, ella”.

Es decir, en el papel de madre, la mujer debe sacrificar sus metas, deseos y tiempo para cumplir con el rol que la sociedad ha marcado como el “deber ser” de una madre.


¿De qué lado estás?

Pregúntate lo siguiente: ¿Cuándo fue la última vez que tomé tiempo para hacer deporte, dormir una siesta o salir con mi pareja a solas? Si tu respuesta no tiene una fecha concreta, entonces estás olvidándote un poco de ti y de tu bienestar.


¿Cómo es posible ser madre sin dejar de ser mujer?

Para saber la respuesta a la pregunta anterior es fundamental comprender lo siguiente: antes de ser madre y esposa, eres una persona. Como individuo, tienes necesidades que ni tus hijos o pareja pueden satisfacer totalmente.

El equilibrio es la clave; para saciar las necesidades individuales es preciso recuperar tus espacios individuales, delegar tareas y ceder algunas responsabilidades. Sabemos que las madres son tan capaces que podrían hacerlo todo por ellas mismas, pero esta conducta salvadora o rescatista no suele conducir a estados saludables, sino todo lo contrario.

Por eso, es necesario buscar la manera de conciliar tus obligaciones con tus necesidades. No estás sola, puedes apoyarte en tu pareja, familiares y amigos para hacerle frente a los retos de la maternidad, en lugar de sacrificarte totalmente.

Puede que llegues a sentirte culpable por pensar un poco en ti y no en tus hijos o pareja. Pero recuerda que, como cualquier otra persona, debes cuidarte y dedicar un tiempo a tus necesidades.

Esto es de vital importancia ya que, para ser mejor madre, debes empezar a cuidar de ti misma, aparta tiempo para ti, aunque tengas miles de actividades por hacer, organiza tus horarios. No necesitas desaparecer por horas para darte un respiro.



Una mujer puede ser una gran madre, sin dejar de ser una gran mujer.

Dr. Nicolás González

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